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domingo, 12 de abril de 2015

Los audiolibros en Canadá

Recientemente el mercado canadiense ha publicado un estudio sobre cómo se disfrutan los audiolibros en este pais. Como ya hemos comentado varias veces, es muy conocido, en cuanto a los audiolibros se refiere, el comportamiento del mercado en los paises donde esta industria está más desarrollada, es decir EE.UU. y G.B. (o UK). Es lógico, la propia industra se cuida muy mucho de saber cómo se comportan y qué interesa a sus usuarios y por tanto hacen las encuestas y estudios necesarios para saberlo.

Hace bien poco supimos (al menos nosotros) que además de este mercado anglosajón, es muy amplio el mercado en Alemania y nos planteábamos si la evolución del mercado en el resto de los paises europeos seguiría la tendencia marcada por el aleman. Habrá que verlo.

Pues como digo, ahora sabemos también algo sobre el mercado en Canadá. Y lo que nos llegan son resultados que por un lado son medio sorprendentes y por otro lado están en linea con lo que ya  hemos comentado en otras ocasiones.

Primero los resultados esperados. ¿Dónde encuentran los audiolibros que escuchan los usuarios canadienses?

Claramente según el estudio dos son las fuentes principales: Las bibliotecas y descargas gratuitas legales en internet (como por ejemplo LibriVox), en ambos casos con un porcentaje cercano al 25%. Ya en tercer lugar con aproximadamente un 17% de tiendas online y en cuarto lugar con un 14% servicios de suscripción/alquiler de audiolibros. Este es un resultado interesante ya que pareciera que un 50% de los usuarios de audiolibros no pagan (de forma directa) por los audiolibros que disfrutan y de ellos un 25% se encuentran a gusto con lo que encuentran en sitios como LibriVox, que os recuerdo que según su propia autodefinición son audiolibros leidos por voluntarios de contenido de dominio público (y el propio contenido es de dominio público). Quiero decir que es un sitio que tiene contenido con unas características muy concretas y en el que se pueden encontrar muy diversas calidades, precisamente por su definición intrínseca de voluntariado y por la labor de dar acceso a ese contenido a todo el mundo y perdurar y proteger el acervo cultural de una forma desinteresada. Y lo muy interesante es que el otro 25% acude a sus bibliotecas para conseguir sus audiolibros, una tendencia que vemos que crece día a día y que como comentamos recientemente será una de las que se asienten en este año 2015.

Y respecto a los resultados inesperados (al menos por mi parte) están las estadísticas sobre los dispositivos en los que los usuarios de audiolibros canadienses disfrutan sus audiolibros.

El dispositivo mayoritario (28% aproximadamente) resulta ser la tablet, seguido (22% aprox) por el ordenador (no se especifica si de sobremesa o portatil) y muy cerca (también alrededor del 22%) por reproductores de mp3. En un cuarto lugar ya con un 17% aprox se situan los teléfonos móviles y lejos (debajo de 10%) elementos como reproductores de CD o casettes (!).

Hay un elemento no sorprendente en estos datos anteriores que es que la preferencia es claramente digital por una amplia mayoría. Lo que es soprendente es que los dispositivos principales donde los canadienses escuchan los audiolibros sean dispositivos no móviles como tablets u ordenadores (si, una tablet puede ser un elemento móvil pero vamos, que normalmente no te vas de paseo con el perro con la tablet en la mano para escuchar un audiolibro, es evidentemente más cómodo usar algo que pueden meterte en el bolsillo como un reproductor mp3 o un teléfono móvil). De esto yo concluyo que en Canadá normalmente los audiolibros se disfrutan en un entorno de reposo (¿en casa?).

Finalmente como parte del estudio aparece el cómo encuentran los audiolibros que escuchan los aficionados. En este caso y de una forma aplastante es por recomendación de un amigo (33% aprox) mientras que por debajo de un 20% aparecen redes sociales, reseñas de audiolibros, recomendación en la biblioteca o listas de bestsellers.

Esto también es interesante, porque marca (al menos para Canadá) cuales deben ser las estrategias de marketing de los productores de audiolibros. Aunque este hecho es muy coherente con el primero que hemos comentado, de dónde encuentran los aficionados a los audiolibros los que escuchan (bibliotecas y descargas gratuitas legales).

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