Promo

martes, 18 de noviembre de 2014

Los modelos de suscripción y el streaming

La semana pasada hablábamos de la entrada de Scribd en el mercado de los audiolibros. Una de las cuestiones interesantes de esta entrada era el modelo de llegada a los usuarios, es decir, el modelo de suscripción.

Este modelo en el que el usuario paga un precio fijo al mes y puede disfrutar de todo el material que quiera no es nuevo, ni en el mundo de la música (Spotify) ni en el mundo de los audiolibros (el propio Scribd o el gigante Audible) ni en el de los ebooks (Nubico en España o igualmente Scribd) ni en el de las series o películas (Netflix).

Lo que si parece es que al menos por ahora es el modelo que se está imponiendo en todos los campos.

Añadido a ello es más que común encontrar en estos servicios por suscripción que el contenido es servido por streaming, es decir, el contenido reclamado por el usuario no es descargado de forma completa al dispositivo (sea este móvil como un smartphone o una tablet, o fijo como un ordenador de sobremesa o una televisión) del suscriptor, sino que le es servido "en trozos" según está siendo reclamado para ser reproducido y que un programa en el dispositivo del usuario se encarga de mostrar o reproducir. Y he aquí donde está el truco normalmente, y es que es necesario el programa cliente que se instala en el dispositivo del usuario, fabricado por el proveedor del servicio, que se comunica con el servidor mediante un portocolo propietario y encriptado y que además se descarga el contenido que también está "encriptado" esta vez mediante tecnologías de DRM. De esta forma se impide (o al menos se intenta) que cualquiera pueda suscribirse un solo mes, descargar todo el contenido posible y ya tenerlo para cuando pueda ir disfrutando de el a lo largo de los siguientes meses o años. O lo que es peor, que pueda hacer negocio revendiendo el contenido que no es suyo.

Es esta una de las razones por la que estos modelos están triunfando. Por un lado ofrecen a los clientes un precio que parece razonable por tener acceso a todo el contenido disponible aunque eso si, sin "poseerlo", y por otro lado ofrecen confianza y contról antiladrones a los dueños del contenido.

Pareciera perfecto, pero ya hay voces discordantes, especialmente en el mundo de la música, que dejan de ofrecer sus contentidos en algunos de estos servicios alegando que el retorno en royalties es muy muy bajo. Efectivamente estas discordias pueden hacer que estos servicios tengan cierto movimiento en cuanto a cómo se relacionan con los dueños del contenido, por ejemplo ofreciendo mayores ganancias por stream reproducido a cambio de la exclusividad de ese contenido para ese servicio.

Además, como sabeis, en el caso del audio al menos (vease Spotify o Deezer)  tienen modelos gratuitos que permiten el acceso al contenido sin necesidad de suscripción a cambio de que el usuario pague en otro concepto, típicamente publicidad o/y con restricciones dependiendo del dispositivo que el cliente esté usando (¿implementarán algún dia este modelo los proveedores de ebooks por suscripción? yo creo que si más pronto que tarde)

Y todo esto ¿qué tiene que ver con los audiolibros?


Por un lado como decíamos al principio ya hay muchos servicios dedicados a los audiolibros que utilizan este modelo (Audible, Scribd, y también el reciente Skybrite que por una cuota de $9.99 da acceso a un catálogo de 10.000 títulos). Pero además cualquiera de los servicios dedicados inicialmente a la música  de forma directa ofrecer audiolibros, fundamentalmente porque el medio de llegada es exactamente el mismo, aunque aun no es comun ver servicios que incluyan los dos contenidos de forma explícita en su publicidad. Pero la realidad es que cada vez más vemos como estos servicios típicamente musicales también empiezan a ser vistos por los usuarios como sitios fantásticos para disfrutar de audiolibros (hace poco veía un post sobre el uso de Spotify para escuchar audiolibros en inglés que ha sido ampliamente retuiteado)

Lo importante aquí es que estos hechos ponen una enorme presión sobre los servicios digamos tradicionales en los que el usuario compra (y por tanto "posee" tras la compra) el audiolibro a un precio determinado, es decir, las tiendas (electrónicas) tradicionales de audiolibros. Es evidente que tanto las tiendas como los dueños del contenido obtienen mayores beneficios con este modelo y por tanto serán reticentes a abandonarlo, pero también lo es que por un lado existe una competencia cada vez mayor en el terreno del streaming/suscripción y por otro estén dejando de servir a usuarios que igual ven un poco caro gastarse el dinero que cuesta un audiolibro (normalmente algo elevado dependiendo de su duración) pero ve razonable pagar una suscripción mensual para poder acceder a cualquiera de los audiolibros disponibles en el servicio, y si no le gusta uno, pues pasar a otro sin problemas, o estar escuchando varios a la vez, como muchos de nosotros leemos varios libros a la vez.

Concretamente en los servicios de audiolibros en Español aun no conozco ninguno que use la suscripción, con lo que es posible que estos movimientos les pillen con el pie cambiado el dia que surja el primero (o venga de fuera) que apueste por este modelo. Aunque también es cierto que algunos parece que como que lo tientan a ver que pasa (vease el modelo de "bonos" de Audioteka). Personalmente espero que se lo planteen en serio porque creo que a la larga es positivo para los servicios y es bueno para los usuarios, especialmente para hacer crecer la población de usuarios de los audiolibros en español y por tanto su base de clientes y así hacer crecer los beneficios y hacer que al igual que en otras latitudes, la industria de los audiolibros en español crezca año tras año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario